La Caminata

¿Qué por que camino tanto? Me preguntan algunos cuando me dicen que me vieron o me han visto varias veces por la calle. La respuesta es muy sencilla; en primer lugar por que no tengo auto y aunque tuviera no se manejar, en segunda por que ya le agarre un gusto a la caminada.
Es cierto que caminar bajo el sol de las once y cuatro de la tarde es de locos pero me desespera esperar el camion para trasladarme algún lugar; hasta creo que he perdido practica andando en micros ya que las ultimas veces que me he subido me ha tocado ir parada y casi me caigo con las zarandeadas que se da uno en el pesimo transporte publico que tenemos en esta ciudad.

Una de las cosas que he aprendido apreciar de la caminata es la condición de poder moverme de un lugar a otro por mis propias piernas. Me entretengo viendo las casas por las que paso nuevas, viejas, remodeladas, abandonadas en renta o venta, diferentes estilos, colores y gustos. Por las mañanas es cuando màs expiden el olor de todo lo que tienen dentro muebles, comida, gente , plantas y animales.

Hay calles que me han hecho sentir en otra ciudad o en otro pueblo. Me gusta ver los perrillos detrás de la reja y a los gatos echados en las ventanas moviendo su cola tan placidamente desde su sombrita. Si no traigo playera blanca unos zapatos nuevos o algún documento importante no hay razón de porque no disfrutar de la lluvia y del espectáculo que es ver a algunos corriendo totalmente empapados.

Me tranquiliza caminar aunque debo de admitir que una que otra vez me he estresado y otro tanto me da hueva; la mayoría de las veces me sirve para pensar, para meditar.

¿Que donde saco tantas pendejadas? Me dicen algunos amigos.

Respuesta: porque camino mucho.