No sé si ya me divierte o estoy mal de la cabeza.
Últimamente me da por pelearme con los hombres que me dicen leperadas en la calle y digo leperadas porque yo todavía no le encuentro el lado bonito, ni el elogio o piropo a las insinuaciones sexuales que hacen los tipos en la calle.
Y sí digo tipos, de género masculino es porque hasta este momento, nunca una mujer me ha dicho nada.
Sé que algunos se pueden excusar con cuestiones de cultura y costumbre popular para no hacer mucho al respecto. Lo que me sorprende es lo acostumbradas que estamos las mujeres o lo que parezca mujer ante este tipo de situaciones.
Con esto de que me la paso más en la calle me enfrento a quien me dice algo de la siguiente manera:
1.- me detengo y me volteo en seco
2.- hago un escaneo rápido como si fuera Robocop para buscar quien fue el que me dijo algo.
3.-Manteniendo el gesto de una mujer encabronada, con los hombros hasta las orejas, el ceño fruncido y apunto de gritar suelto la pregunta ¿Qué? o ¿que quieres? eso si no va acompañado de alguno que otro calificativos de mi parte.
Cuatro de cada cinco pelados no contestan, cuando llegan a contestar son ellos quien se apenan, y en las ocasiones en las que no obtengo respuesta soy yo las que los insulto y me doy vuelo dado que no tienen cara para decirme nada.
No me enorgullezco de estarle mentando la madre a la gente pero dado que ando mucho en la calle espero que a la próxima vez que se topen conmigo la piensen dos veces antes de decirme algo.
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